Durante las primeras horas del 21 de marzo, se desató un violento enfrentamiento armado en la remota sierra de Badiraguato, Sinaloa. Los informes iniciales indican que varios sicarios estuvieron involucrados en el choque, que dejó un rastro de destrucción y muerte.
En el epicentro de esta sangrienta confrontación se encuentra Aureliano Guzmán Loera, conocido como “El Guano”. Este enigmático personaje es hermano de Joaquín “El Chapo” Guzmán y lidera una de las facciones del infame Cártel de Sinaloa. Su nombre ha resonado en los oscuros pasillos del crimen organizado, y su disputa con sus sobrinos, apodados “Los Chapitos”, ha escalado a niveles peligrosos.
La escena del crimen
Las imágenes filtradas del lugar del enfrentamiento revelan una camioneta carbonizada, perforada por decenas de balas. Junto a este vehículo, los investigadores encontraron los cuerpos sin vida de tres individuos. Pero lo más macabro fue el hallazgo de dos cabezas humanas, abandonadas junto a un ominoso narcomensaje escrito en un pedazo de cartón.
“Así le va a pasar a toda la bola de vrgas que le busquen al ‘Guano’. Atte. GDG”*, rezaba el mensaje. Las siglas “GDG” corresponden al grupo conocido como “Gente del Guano”, una facción de pistoleros que operan bajo las órdenes de este líder criminal.
La sierra de Badiraguato, donde se desencadenó este violento episodio, ha sido testigo de una feroz lucha de poder. Es en este inhóspito terreno donde “El Guano” ha librado su batalla más encarnizada contra sus propios familiares. Iván Archivaldo Guzmán Salazar y sus hermanos han desafiado su autoridad, y la sangre ha teñido las montañas de Badiraguato.
Un escenario de violencia y secretos
La localidad de San José del Llano y el cercano Soyatita son los puntos de conexión en este tramo de tierra marcado por la violencia. El equipo táctico encontrado en las víctimas sugiere un enfrentamiento entre grupos antagónicos, pero las verdaderas razones y los secretos que se ocultan en las sombras de la sierra aún no han salido a la luz.
Este último episodio de sangre y fuego es solo un capítulo más en la turbulenta historia de la región, donde las lealtades cambian como el viento y la muerte acecha en cada recodo del camino.
